Tras una ronda de datos estadounidenses, los mercados modificaron agresivamente sus precios para la Reserva Federal hasta situarse en línea con el gráfico de puntos de la Fed de diciembre. En conjunto, la subida de los tipos nominales en EE.UU. y la mayor volatilidad de los mercados de renta fija impulsaron la fortaleza del dólar en febrero. A medida que nos adentramos en el periodo previo al Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) de marzo, con la publicación de datos clave sobre las nóminas y el IPC en las primeras semanas, podría decirse que los mercados están preparados para que otra ronda de datos sólidos eleve el tipo terminal implícito, después de haber sido sorprendidos con la guardia baja en febrero. Sin embargo, somos más cínicos al pensar que los datos puedan estar a la altura de estas expectativas, especialmente después de que las publicaciones de enero se vieran contaminadas por distorsiones puntuales como los efectos de la pandemia y las reponderaciones. Por lo tanto, esperamos un cambio de tendencia en parte de la evolución de los precios en febrero, debido al menor riesgo alcista de los tipos estadounidenses y a la posible reducción de la volatilidad en el sector. Sin embargo, nuestra convicción sobre esta hipótesis de base sigue siendo menor de lo habitual. Sigue existiendo un riesgo significativo de que unos datos estadounidenses más sólidos obliguen a la Reserva Federal a señalar una ampliación de su ciclo de subidas en el gráfico de puntos de marzo. En nuestra opinión, esto desencadenaría una fortaleza no discriminatoria del dólar, similar a la observada durante parte de 2022.
Puede leer nuestro informe de previsiones de divisas para marzo de 2023 aquí:
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Autoras:
Simon Harvey, Director de Análisis de Mercado FX
Jay Zhao-Murray, Analista de Mercado
María Marcos, Analista de Mercado
Nick Rees, Analista de Mercado