A finales del año pasado, la inflación general en Brasil resultó más elevada de lo previsto por los economistas. El IPCA general cayó sólo marginalmente del 4,68% de noviembre al 4,62% a finales de año, impulsado por un aumento mensual del 0,56%, mayor de lo esperado, sustancialmente superior a la lectura del 0,28% de noviembre.
En consecuencia, y a pesar de que la lectura interanual ha marcado el tercer descenso consecutivo, creemos que gran parte de este fenómeno se debe a efectos de base positivos, opinión confirmada por el repunte de la tasa media de inflación mensual del 0,20% en el tercer trimestre al 0,36% en el cuarto.
Junto con el mini repunte de la inflación durante el tercer trimestre, esto trae de vuelta el debate sobre cuál debería ser el ritmo óptimo de relajación monetaria por parte del BCB en los próximos meses, apoyando nuestra opinión de que la tasa general podría estar disminuyendo más lentamente de lo que muchos piensan y, como consecuencia, que la autoridad monetaria podría decidir reducir el ritmo de relajación durante la segunda mitad del año.
Según la nota que acompaña a los datos, las nueve categorías registraron aumentos en diciembre, siendo de nuevo la de Alimentos y Bebidas la de mayor variación (1,11%), aportando 0,23pp al dato global, encadenando dos meses a la cabeza de las distintas categorías al alza, incluso después de haber sufrido fuertes descensos a lo largo del año. Según el informe, este incremento ha sido consecuencia tanto del encarecimiento de algunas materias primas básicas, destacando el pepino, la patata o la judía carioca, con subidas del 35,32%, 19,09% y 13,79%, respectivamente. Por otra parte, la inflación subyacente de los servicios siguió teniendo una gran contribución positiva en el periodo de referencia. Aunque el aumento más marginal provino de la categoría Comunicación (0,04%), de nuevo las partidas Gastos personales (0,48%) y Transporte (0,48%) siguieron contribuyendo al alza de la inflación, como consecuencia del aumento de las tarifas aéreas (8,87%) y a pesar de la bajada de los precios de los carburantes (-0,50%%) y la gasolina (-0,34%).
Aunque el informe no incluye una estimación de la evolución del componente de servicios subyacente, creemos que sigue moviéndose a un nivel incómodamente alto para el BCB.
Pese a que la lectura interanual de la inflación general se ha desacelerado en diciembre con respecto al mes anterior, la tasa anualizada a tres meses se ha fortalecido desde septiembre.
En conjunto, la continuación de esta tendencia al alza de la inflación pone en duda, en nuestra opinión, la hipótesis de que el mini pico inflacionista iniciado tras los meses de verano haya pasado.
Aunque algunas de las categorías más inflacionistas pueden no plantear un riesgo excesivamente alto de que la inflación se agudice en Brasil, creemos que, especialmente dado el nivel aún incómodamente alto de la inflación subyacente en los servicios, el índice general puede seguir disminuyendo más lentamente de lo que muchos piensan. Sin embargo, y dada la reciente relajación de las preocupaciones fiscales, creemos que no todos los riesgos siguen siendo al alza. Además, y como resultado de las claras orientaciones de futuro procedentes tanto del Gobernador Campos Neto como de otros funcionarios del Banco, creemos que no hay pruebas suficientes para que las autoridades se desvíen de su actual hoja de ruta y que mantendrán el actual ritmo de relajación monetaria de 50 puntos básicos por reunión, al menos durante el primer semestre de 2024.
En consecuencia, estamos nos posicionamos firmemente en la creencia de que el BCB recortará el tipo Selic en la reunión del 31 de enero, hasta el 11,25%. Por ahora, creemos que para ver una continuación o incluso una aceleración del ritmo de recortes durante la segunda mitad del año, necesitamos ver al menos una fuerte caída continuada de la inflación subyacente de los servicios, algo que dada la menor brecha de producción parece difícil de prever a corto plazo. Por lo tanto, creemos que, tras los últimos datos, los riesgos se inclinan más hacia la posibilidad de una ralentización del ritmo de recortes hacia finales de año si persisten en el futuro táctico las presiones alcistas sobre los precios observadas en los últimos meses. En consecuencia, y a pesar de la publicación poco después de un dato de inflación en EE.UU. más caliente de lo esperado, el real brasileño ha mantenido las ganancias en el día en que el USDBRL ha caído inmediatamente.
Sin embargo, y tras una corrección casi completa del movimiento, para que éste se prolongue creemos que para que los mercados adopten una visión más alcista sobre el real será necesario un giro más agresivo dentro del Copom, que no creemos que se produzca antes de la próxima reunión como muy pronto.
Autora:
María Marcos, Analista de mercados