El BCE ha decidido hoy mantener sin variación los tres tipos de interés oficiales en línea con el consenso generalizado y con nuestra previsión previa al anuncio.
A pesar de la ausencia de sorpresa en el anuncio, las novedades vendrían de otra parte. En concreto, los responsables políticos introdujeron algunos ajustes notablemente moderados en el comunicado de prensa. En primer lugar, señalaron los avances constructivos en la desinflación desde principios de año, afirmando que «la mayoría de los indicadores de inflación subyacente están disminuyendo, el crecimiento salarial se está moderando gradualmente y las empresas están absorbiendo parte del aumento de los costes laborales en sus beneficios». En nuestra opinión, esto es todo lo que el BCE necesita ver antes de empezar a relajar su política. Por otra parte, el BCE señaló que, a falta de una perturbación importante antes de su reunión de junio, en la que se publicará un nuevo conjunto de previsiones, es probable que se alcance el umbral de confianza para que se produzcan recortes de tipos. Esto culminó en la eliminación de la referencia a la necesidad de «mantener los tipos durante un periodo suficientemente largo», caracterizando en su lugar los tipos a estos niveles como «una contribución sustancial al proceso de desinflación en curso».
Con ello, sentaron las bases de la discusión que tendría lugar durante la sesión de preguntas y respuestas, que no se ha centrado en la decisión sobre los tipos per se, sino en la caracterización de los datos económicos desde la última reunión y en las orientaciones del Banco sobre el perfil de la relajación en el futuro.
En cualquier caso, no ha habido ninguna orientación sobre lo que ocurrirá a partir de junio. Creemos que el hecho de que el Consejo de Gobierno «no se compromete de antemano a una senda de tipos concreta» deja la puerta abierta a lo que ocurrirá en la segunda mitad del año. En nuestra opinión, esto sugiere que aún no se ha ha tomado aún una decisión sobre si recortar los tipos trimestralmente, o en cada reunión, durante el resto del año. Esto no es necesariamente una sorpresa, ya que los responsables políticos buscaron la ambigüedad estratégica, tras el reajuste de expectativas de los mercados como consecuencia de la publicación del dato de inflación de EE. UU. de ayer.
No obstante, mientras que Lagarde no pareció desalentada por la posibilidad de un retraso en la fecha de inicio de la flexibilización de la Fed, también señaló que algunos miembros del Consejo de Gobierno habían mostrado suficiente confianza como para recortar los tipos hoy.
Todo ello podría apuntar a un posible inicio de una secuencia de recortes de tipos a partir de junio. Al fin y al cabo, si algunos miembros ya consideran que la situación económica es lo suficientemente débil como para recortar los tipos, los nuevos datos desinflacionistas exigidos por otros responsables políticos para relajar la política no deberían sino aumentar la preferencia de las “palomas” por embarcarse en una serie de recortes de tipos continuados.
En cuanto al euro, esto debería mantenerlo cotizando en torno a nuestra previsión a un mes de 1,07, antes de que los datos salariales del primer trimestre en mayo generen una mayor divergencia en las sendas de tipos del BCE y la Fed en detrimento del euro.
Tras la ampliación de los diferenciales de los swaps a dos años en la sesión de ayer, no se ha materializado el riesgo latente de una flexibilización continuada a partir de junio en la eurozona, lo que ha dejado al EURUSD en el rango alcanzado ayer.
Autora:
María Marcos, Analista de Mercado