La publicación de los datos del Índice Nacional de Precios al Consumo (IPCA) de Brasil correspondientes al mes de mayo confirmó nuestras sospechas de que el avance desinflacionista se ralentizará, con lo que el BCB corre el riesgo de interrumpir su ciclo de relajación antes de lo previsto.
No sólo la inflación general aumentó en mayo con respecto al mes anterior, pasando del 3,69% al 3,93% interanual, sino que también sorprendió el ritmo subyacente de crecimiento de los precios. Con una tasa del 0,46%, el crecimiento global de los precios superó las expectativas y lleva dos meses consecutivos acelerándose. Esta lectura al alza valida la decisión del Banco Central de Brasil en mayo, que decidió ralentizar el ritmo de la relajación monetaria con un recorte de 25 puntos básicos, renegando de su anterior orientación futura. En aquel momento, la decisión estaba muy equilibrada. Por un lado, la inflación agregada había seguido desacelerándose, lo que respaldaba la anterior orientación del BCB. Por otro lado, la inflación de los servicios, aún elevada, el deterioro de las condiciones de inflación exterior y la evolución fiscal planteaban mayores riesgos de persistencia de la inflación. El énfasis en los riesgos al alza, que se han materializado en el informe de inflación de mayo, llevó en última instancia a la mayoría del Copom a adelantar el calendario para ralentizar el ritmo de la relajación monetaria. Dado que los datos de hoy confirman los riesgos al alza para la inflación y que el Gobernador del BCB, Campos Neto, ha hecho hincapié recientemente en otros riesgos al alza para la inflación en forma de desanclaje de las expectativas de inflación, sospechamos que el BCB seguirá en esta línea, manteniendo el tipo Selic en el 10,5% la próxima semana.
Nuestra convicción en este punto de vista se ve reforzada por el grado de incertidumbre en torno a la política fiscal, donde en junio se votará un proyecto de ley que incluye reformas del impuesto sobre el consumo, lo que tendrá implicaciones directas en la senda de la inflación.
El IPCA se situó en mayo en el 0,46%, 0,08 puntos porcentuales por encima de la tasa de abril, del 0,38%, y 0,15 puntos porcentuales por encima del promedio de los últimos 12 meses. En términos interanuales, el IPCA de mayo se aceleró hasta el 3,93%, desde el 3,69% del mes anterior. De acuerdo a la nota que acompaña a los datos, ocho de los nueve grupos de productos y servicios encuestados aumentaron en mayo, sólo con la excepción de los precios de los artículos para la vivienda. Entre ellos, la mayor variación provino del grupo Salud y Cuidado Personal, con un aumento intermensual del 0,69% y una contribución de 0,09 puntos porcentuales, seguido de Alimentos y bebidas (0,62%) y Vivienda (0,67%) que registraron las mayores aportaciones al IPCA global, con un impacto de 0,13 y 0,10 puntos porcentuales, respectivamente. Pese a que el IBGE no de una lectura específica del avance de la inflación de los servicios subyacentes, la rigidez de los datos de las partidas de Salud y Cuidado Personal, Transporte (0,44%) o Gastos personales (0,22%) siguen revelando riesgos al alza para la inflación debido a la persistencia de la inflación de los servicios básicos en un contexto de rigideces del mercado laboral y transferencias fiscales.
De hecho, en su última revisión de previsiones, el Copom reconoció estos riesgos revisando al alza su escenario base para la inflación, pasando de pronosticar un 3,5% y un 3,2% para 2024 y 2025, respectivamente, a proyectar un crecimiento de los precios del 3,8% este año y del 3,3% en siguiente.
Las expectativas de mayor inflación tampoco son exclusivas del BCB. En la última encuesta del BCB, los economistas independientes revisaron al alza sus expectativas de inflación para este año, del 3,76% de hace un mes al 3,9%, y para el año próximo, del 3,66% al 3,78%.
Las medidas anuales de inflación subyacente y general empiezan a subir, mientras que el impulso de fondo también debería volver a subir una vez que los datos de marzo se eliminen del cálculo.
En este contexto, y teniendo en cuenta que la cifra mensual del IPC sigue estando por encima de la previsión oficial para este año, sospechamos que el Copom mantendrá los tipos la próxima semana con una división de votos tan estrecha como la de mayo. En su última reunión, el Copom votó 5-4 a favor de un ritmo más lento de relajación, con los cuatro miembros disidentes nombrados por el Gobierno actual. Si se repitiera en junio, se pondrían de manifiesto los crecientes riesgos de que el BCB entrara de nuevo en conflicto con el Gobierno de Lula, favorable al crecimiento, lo que podría anular el impacto positivo sobre el BRL de un resultado más restrictivo. Dicho esto, los riesgos de cara a la próxima reunión vuelven a estar equilibrados, como en mayo. Por una parte, un nuevo recorte de 25 puntos básicos en junio, situando el tipo Selic en el 10,25%, sería una medida coherente tanto con los comunicados del Banco como con el actual equilibrio de riesgos.
Por otra parte, la decisión de mantener el tipo de interés oficial en el 10,50% actual, tal como lo descuentan actualmente los mercados, será una señal importante de la función de reacción del Banco ante los riesgos de inflación y de su intención última de mantenerse independiente de la influencia política.
Autora:
María Marcos, Analista de Mercado