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Los datos procedentes de EE. UU. a principios de noviembre proporcionaron la combinación perfecta para que los operadores comenzaran a aumentar significativamente las apuestas de relajación de la Fed en 2024, llevando a los mercados a adelantarse a lo que se consideraba la principal tendencia a negociar en 2024 después de que el endurecimiento de las condiciones financieras provocara el rechazo de los funcionarios de la Fed en octubre, poniendo fin a la tendencia de corta duración del tercer trimestre. Aunque la Reserva Federal advirtió que no se extrapolara demasiado de la última ronda de datos y señaló el riesgo que suponen unas condiciones financieras más laxas a la hora de reflotar la economía estadounidense -el presidente Powell incluso advirtió específicamente contra las «head fakes» en los datos-, esto fue suficiente para amortiguar el nivel de participación en la bajada de los rendimientos del Tesoro. De hecho, la caída del rendimiento a 10 años durante el mes pasado fue la tercera mayor desde el cambio de milenio, solo superada por el punto álgido de la crisis financiera y solo comparable a la de septiembre de 2002, cuando el riesgo de deflación era prominente en EE. UU. y durante el punto álgido de la crisis de bonos de la eurozona de 2011. Sin embargo, a diferencia de las ventas anteriores, la naturaleza de Ricitos de Oro de los datos significó que la caída en el rendimiento a 10 años el mes pasado no significó problemas para los activos de riesgo. Esto llevó al dólar a ceder un 3% en el mes, con mayores pérdidas frente a las divisas cíclicas y sensibles a los tipos.

Aunque la dirección del dólar fue contraria a nuestras previsiones del mes pasado, creemos que sigue siendo demasiado pronto para comprar en la caída del dólar. Es probable que la ralentización del crecimiento estadounidense en el cuarto trimestre se invierta a principios del próximo año, a medida que el crecimiento de los salarios reales apoye el consumo. Aunque no sea así, es probable que la debilidad sostenida del crecimiento aumente el riesgo de que EE.UU. entre en recesión, y que cualquier sorpresa negativa en la actividad desencadene episodios de apreciación del dólar por los flujos de aversión al riesgo. Además, el último tramo a la baja del dólar no ha coincidido con una mejora de las condiciones macroeconómicas en los principales socios comerciales. Por ello, y pese a que mantenemos nuestra visión bajista sobre el dólar a partir de mediados del próximo año, seguimos previendo un dólar más fuerte de cara al segundo trimestre de 2024.

Puede leer nuestro informe de previsiones de divisas para diciembre de 2023 aquí:

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Autoras:

Simon Harvey, Director de Análisis de Mercado FX

María Marcos, Analista de Mercado

Nick Rees, Analista de Mercado

 

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