La incertidumbre sobre las funciones de reacción de los bancos centrales siguió siendo elevada en abril, al persistir la preocupación por la estabilidad financiera y el nivel de deterioro de las condiciones crediticias. Esto se tradujo en una menor volatilidad de las divisas y una menor confianza tanto entre los operadores como entre los analistas en la mayoría de los principales pares. En este contexto, seguimos esperando una prolongación de la caída del dólar, ya que esperamos que la Reserva Federal ponga fin a su ciclo de subidas, pero es poco probable que el camino a la baja sea fácil, ya que el mercado sigue evaluando las perspectivas y los riesgos a los que se enfrenta la economía estadounidense. Con los bancos centrales de EE.UU. y de otros países llegando al final de sus ciclos de subidas, las expectativas políticas a corto plazo pierden parte de su impacto en la volatilidad de las divisas, y los mercados se centran cada vez más en la senda a medio plazo de los tipos y el crecimiento. En los casos en que se considera que los bancos centrales están más alejados de la fase terminal, como en el Reino Unido y la zona del euro, es probable que las expectativas políticas a corto plazo sigan teniendo un impacto en sus respectivas divisas, aunque en el caso del Reino Unido existe el argumento de que un perfil de tipos más pesimista por parte del Banco de Inglaterra no pesará necesariamente sobre la libra esterlina. Con todo esto, sin embargo, nos mantenemos a la espera de las orientaciones de la próxima ronda de reuniones de los bancos centrales y de la llegada de datos concretos. Ambos nos darán una idea de cómo se presenta el entorno comercial inmediato en términos de tipos y probabilidad de recesión.
Puede leer nuestro informe de previsiones de divisas para mayo de 2023 aquí:
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Autoras:
Simon Harvey, Director de Análisis de Mercado FX
Jay Zhao-Murray, Analista de Mercado
María Marcos, Analista de Mercado
Nick Rees, Analista de Mercado