La publicación de los datos del IPCA-15 de abril de Brasil hoy despertó cierta la atención de operadores y analistas especialmente después de que el Comité de Política Monetaria (Copom) decidiese dar un giro en su política en su reunión más reciente.
En marzo, el BCB decidió por unanimidad recortar el tipo Selic en 50 puntos básicos por sexta vez consecutiva, situándose en el 10,75%, pero el tono a lo largo de la declaración se endureció de manera consistente. En nuestra opinión, lo más llamativo fue que pasó de prever recortes de la misma magnitud, en plural, a anticipar “una reducción de la misma magnitud en la próxima reunión”, orientando explícitamente a los mercados hacia un ritmo de relajación más lento a partir de la reunión de mayo. Con los datos de IPCA de marzo y los de IPCA-15 de abril confirmando que la inflación sigue desacelerándose en Brasil en las últimas semanas el reciente giro en la orientación sobre los tipos de interés parece haber cogido más consistencia que nunca, hasta el punto que se están dejando ver las primeras voces disidentes entre los analistas, con parte del consenso apuntando a un posible recorte de 25 puntos básicos ya en la reunión de mayo. En nuestra opinión, y pese a que no creemos que esta puerta esté cerrada, sospechamos que dada la última orientación explícita del Banco y la ausencia de comunicaciones intermeeting haciendo referencia a una situación más cómoda de los responsables políticos con el avance de la inflación, preferirán mantener su postura y esperar a desacelerar los recortes hasta junio.
Esto sería igualmente consistente con los riesgos al alza para la inflación destacados por los funcionarios del BCB y con las presiones inflacionistas que podrían surgir del debate fiscal en el que están sumidos actualmente los esfuerzos del gobierno.
El Índice Nacional de Precios al Consumidor Amplio 15 (IPCA-15) se situó en abril en 0,21% intermensual, 0,15 puntos porcentuales por debajo de la lectura de marzo, del 0,36%, y 0,20 puntos porcentuales por debajo de la media en lo que va de año. Si comparamos con la lectura del año anterior, esta fue en abril de 2023 del 0,57%. En términos interanuales, el IPCA-15 de abril se desaceleró hasta el 3.93%, desde el 4.5% del mes anterior, la mayor ralentización registrada desde septiembre de 2022. No obstante, y pese a que el IBGE no de una lectura específica del avance de la inflación de los servicios subyacentes, la rigidez de los datos de las partidas de Salud y Cuidado Persona, que registraron un aumento del 6,24% interanual, o Educación, con un 6,92% interanual, ponen de relieve la persistencia de los riesgos al alza en un contexto en el que la rigidez del mercado laboral y las transferencias fiscales sugieren una inflación persistente de los servicios. En su última revisión de previsiones, el Copom reconoció estos riesgos manteniendo sin cambios su escenario base que prevé una inflación del 3,5% y del 3,2% para 2024 y 2025, respectivamente.
Con el dato de IPC mensual aún por encima de las previsiones, sospechamos que los responsables políticos no tienen aún la seguridad suficiente como para alterar la orientación futura más reciente.
En nuestra opinión, esto supondría, a su vez, un riesgo que el BCB raramente querría correr. Si por algo se ha caracterizado la autoridad monetaria brasileña a lo largo del actual ciclo de política monetaria, tanto en la fase de subida, como de mantenimiento y, sospechamos que también lo harán en la fase de recortes, es por la consistencia entre sus mensajes y sus acciones como seña de independencia y credibilidad, incluso en los momentos en los que más han sido puestos a prueba. Si bien creemos que es probable que los responsables políticos sigan encontrando cierto alivio en los datos recientes, con la mayoría de las categorías desacelerándose con respecto al mes anterior, creemos que no supone una contradicción a la última orientación del BCB. Nuestra interpretación de los datos concluye que, a pesar de esta lectura más fría de lo esperado, los riesgos para la inflación subyacente se mantienen sesgados al alza en un contexto en el que la incertidumbre sobre un posible aumento del gasto enmarcado en una posible reforma fiscal, probablemente mantenga a la autoridad monetaria en estado de alerta hasta junio, cuando se prevé que tenga lugar, entre otras, la votación en el Congreso el proyecto de ley que regula la reforma del impuesto sobre el consumo.
Por ello, esperamos que el BCB bajé a un ritmo de recortes de 25 puntos básicos en junio, cuando el tipo Selic se sitúe en el 10,25%, ya que los riesgos al alza para la inflación subyacente justifican el mantenimiento de una postura restrictiva.
Autora:
María Marcos, Analista de Mercado