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El BCE ha decidido, por unanimidad, mantener el tipo de depósito en el 4% en su última reunión de 2023. A pesar de que la inflación ha caído a lo largo de los últimos meses, el Consejo de Gobierno prevé que vuelva a repuntar temporalmente a corto plazo, aunque en menor medida de lo previsto anteriormente.

De acuerdo con las últimas proyecciones de los expertos del Eurosistema para la eurozona, se espera que la inflación general se sitúe en promedio en el 5,4% en 2023, el 2,7% en 2024, el 2,1% en 2025 y el 1,9% en 2026, lo que en comparación con las proyecciones de septiembre supone una revisión a la baja para 2023 y especialmente para 2024. No obstante, el comunicado tras la decisión siguió destacando los riesgos al alza para la inflación, especialmente los elevados niveles de crecimiento salarial, señalando que los costes laborales unitarios se situaron en un elevado 6,52% en el tercer trimestre – lo que justifica la senda más elevada para la inflación subyacente en 2025 y 2026-, para mantener su sesgo agresivo en sus comunicados oficiales.

En general, la decisión de hoy parece diplomática por parte del BCE, al reconocer paralelamente el enfriamiento de la economía, al revisar también a la baja las previsiones del crecimiento hasta el 0,6% en 2023 y hasta el 0,8% en 2024 y con ello, los llamamientos de algunos miembros más laxos de empezar a considerar recortes de tipos.

No obstante, el BCE también quiso satisfacer a los miembros más agresivos, a través del anuncio del PEPP.

Los expertos del Eurosistema rebajan las previsiones de inflación y crecimiento para 2024, pero siguen sin hablar de bajadas de tipos

Dado que tanto el tono de la declaración y como los ajustes de las previsiones fueron los esperados, la principal novedad de hoy vino a través de las novedades respecto al PEPP, después de que la propia Lagarde afirmase hace escasas semanas que el Consejo de Gobierno estudiaría la posibilidad de tomar una decisión sobre el fin de las reinversiones del PEPP antes de su vencimiento «hasta al menos finales de 2024».

Pese a ello, no esperábamos que la reunión de hoy trajese un resultado oficial. De hecho, de acuerdo nuestra hipótesis de base, no esperábamos un anuncio hasta la reunión de enero.Sin embargo, parece que, dado que el BCE ya está examinando las opciones de cancelación del programa APP a finales de 2021, el Consejo de Gobierno se sentía cómodo con una actuación similar en esta ocasión.

Como resultado, el BCE ha anunciado hoy que el saldo del PEPP se reducirá en una media de 7.500 millones de euros al mes en el segundo semestre de 2024, evitando el repunte estacional de la emisión de bonos en el primer trimestre y una trayectoria irregular de amortización en el primer semestre del año, antes de que las reinversiones cesen por completo a finales de 2024. De este modo, el stock total de PEPP se reduciría a un ritmo medio del 0,43% mensual, no muy distinto de la reducción del 0,46% durante el taper del APP entre febrero y junio de 2023.

Quizá, uno de los elementos más sorprendentes de esta reunión ha sido la clara desalineación con respecto a la Reserva Federal, que menos de 24 horas antes impulsó las expectativas de relajación de la política monetaria en 2024.

En su lugar, el BCE trató de mantener las expectativas del mercado en la parte alta del espectro durante la reunión de hoy, rechazando las especulaciones sobre un inicio más temprano de la relajación de la política monetaria en 2024.

Esto se hizo evidente a través de múltiples canales, aunque quizá el más directo fue la ausencia de una mención explícita a los recortes a lo largo de la declaración de la presidenta Lagarde, resultando, como mencionábamos, en un perfecto equilibrio para contentar a halcones y palomas del BCE. No obstante, creemos que la efectividad de esta estrategia se limita a la reunión de hoy. Con la inflación general de la zona del euro enfriándose a un ritmo considerable, y con nuestra opinión de que la zona del euro está experimentando actualmente una leve recesión -una realidad que debería materializarse en los índices de gestores de compras (PMI) preliminares de diciembre, que se publicarán mañana-, el BCE se verá abocado a decantarse por una estrategia clara, con independencia de otra ronda de datos desfasados sobre salarios y márgenes de beneficios.

Nuestra opinión sigue siendo que el banco central tendrá que empezar a relajar su política monetaria en abril, con un recorte de 25 puntos básicos en cada una de las siguientes reuniones del próximo año, lo que se traduciría en 150 puntos básicos de recortes el año que viene.

El EURUSD escala hasta las inmediaciones del 1,10, después de que el tono firme del BCE contrastase con la postura más laxa de la Reserva Federal ayer

En cuanto al EURUSD, la última ronda de recortes del BCE debería mantener al par por encima de nuestra previsión de 1,07 a finales de año, en gran parte debido al contexto más acomodaticio de los tipos estadounidenses. Sin embargo, creemos que es improbable que se produzca otra prueba sostenida de los máximos de 1,10 alcanzados a finales de noviembre, a menos que mañana se produzca un repunte importante en los datos de actividad actual de diciembre.

En nuestra hipótesis de base de otra ronda de datos débiles en la zona euro, concretamente en los subíndices de actividad actual y empleo, parece como si los operadores del euro se estuvieran preparando para una decepción una vez más, ya que la realidad económica hace estallar la burbuja del sentimiento.

 

Autora:
María Marcos, Analista de mercados

 

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