Ayer por la noche, el BCB decidió de manera unánime mantener el tipo Selic estable en el 10,50%, en línea con nuestras expectativas y las de los mercados.
Esto se produce después de que el BCB decidiera por unanimidad mantener el tipo Selic sin cambios en junio por primera vez en el actual ciclo de política monetaria, una medida que no fue explícitamente telegrafiada por los funcionarios del Banco. Esta vez, sin embargo, era diferente. La orientación implícita y explícita de los responsables políticos desde la última reunión apuntaba de manera inequívoca a una segunda decisión consecutiva de mantenimiento, lo que dejaría los tipos de interés intactos antes del verano. Tal y como revela el comunicado que acompañaba a la decisión, el principal motivante han sido unos datos entrantes de inflación que ha elevado el balance de riegos del Banco. En concreto, la publicación del IPC de junio y los datos preliminares de julio confirmaron recientemente que la desinflación se está ralentizando a mitad de año aún más de lo previsto inicialmente. Por estas razones, y teniendo en cuenta los riesgos de desanclaje de las expectativas de inflación, el Copom no solo ha reforzado el mensaje de cautela y moderación, sino que ha vuelto a elevar sus previsiones de inflación y, con ello, el tono agresivo respecto a reuniones anteriores.
No obstante, no creemos que esto abra necesariamente la puerta a nuevas subidas de los tipos de interés, al menos no en la actualidad.
En general, la reunión cumplió con las expectativas tanto de analistas como de operadores. No obstante, algo que no formaba parte necesariamente de nuestro escenario base era una repetición del voto unánime que ya vimos en junio. En nuestro adelanto a la reunión de julio, apuntamos a la posibilidad de que reapareciese la divergencia en el patrón de votación de la reunión de mayo, con cuatro votos en contra del mantenimiento del tipo Selic correspondientes a los actuales miembros del gobierno pro-crecimiento de Lula, a favor de recortar. No obstante, esto no ocurrió. En nuestra opinión, una segunda decisión unánime a favor de mantener los tipos refuerza el mensaje prudente del Banco que, preocupado por los impactos inflacionarios del deterioro de los precios de los activos, las crecientes expectativas de inflación y un tipo de cambio más depreciado en medio de las crecientes preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda, aboga por una mayor vigilancia y cautela.
Examinando los datos de inflación con más detalle, los últimos datos mensuales del IPCA mostraron que la desinflación no sólo se ralentizó en el segundo trimestre, sino que, a principios del tercero, la inflación volvió a sorprender al alza, revelando riesgos al alza para la inflación en la segunda mitad del año.
En concreto, en julio la lectura preliminar de la inflación general se situó en el 0,30% intermensual, 8 puntos básicos por encima de las expectativas, mientras que la inflación general interanual se aceleró hasta el 4,45%, frente al 4,06% de junio. La inflación subyacente, por su parte, también aumentó un 0,35% intermensual, y se mantiene por encima del objetivo del Banco. Estos riesgos se han revelado en un nuevo ajuste al alza de las previsiones del Banco. Así, actualmente, el Copom prevé un IPCA para 2024 y 2025 del 4,2% (desde 4,0%) y del 3,4% (desde 3,1%), respectivamente. Además, incorporaron por primera vez previsiones para el 1T2026 donde la previsión es de 3,2%, solo dos décimas por encima de la meta del Banco.
Con esta decisión, las declaraciones del Copom ha lanzado un mensaje contundente a los mercados con respecto a su determinación para con la inflación y su correcto retorno al objetivo en un horizonte próximo.
Dado el avance de las conversaciones sobre unos presupuestos más expansivos por el lado del gasto entre el Gobierno y las cámaras representativas encargadas de aprobar el nuevo marco fiscal ha minado el balance de riesgos del Banco, y considerando la división política en el seno del Copom, consideramos que una decisión unánime es, de nuevo, la mejor noticia posible. La decisión debería ayudar a mitigar las preocupaciones de los inversores en torno al compromiso del Banco de volver a situar la inflación en el objetivo, evitando un desanclaje de las expectativas de inflación. Dicho esto, la medida en la que los mercados locales abran con más fuerza y el real consolide cualquier repunte dependerá de las noticias locales y externas, dado que la aversión al riesgo está ocupando en las últimas semana gran parte de los titulares y, con ello, determinando en buena medida la acción de los precios especialmente en divisas sensibles al riesgo.
Autora:
María Marcos, Analista de Mercado