Ayer, el Comité de Política Monetaria del BCB (Copom) decidió por unanimidad recortar por cuarta vez consecutiva el tipo Selic en 50 puntos básicos, hasta el 11,75%.
Esta decisión, ampliamente anticipada por operadores y analistas, no sólo mostró una vez más la intención del Banco de mantener intacto el ritmo de recortes en 2023. La declaración también mostró que todos los directores esperaban que el ritmo de recortes de tipos se mantuviera en un futuro previsible en caso de que se materializara la hipótesis de base del Banco.
En conjunto, la declaración de tipos fue ligeramente más pesimista que en noviembre, ya que la orientación del BCB sugiere que el ritmo de recortes de tipos se mantendrá después de la reunión de enero. La impresión general es que las autoridades ven que, dado el avance más favorable de la inflación en los últimos meses, especialmente tras el repunte observado en el tercer trimestre, y el reconocimiento expreso en el comunicado de que el entorno externo se había vuelto «menos adverso», el margen de recortes se habría ensanchado con respecto a reuniones anteriores.
No obstante, con el IPCA de noviembre indicando una desaceleración tan solo marginal de la inflación general, desde el 4,82% hasta el 4,68% interanual, y situándose aún muy por encima del objetivo del 3,25% para este año, 3,00% para el próximo, unido a un mercado laboral ajustado y preocupaciones fiscales latentes, mantenemos nuestra opinión de que la inflación podría disminuir más lentamente de lo que muchos piensan, lo que podría llevar al Copom reducir el ritmo de la relajación en el segundo semestre del año.
Parece evidente que, aunque la preocupación por la inflación en el Copom se ha atenuado, al menos relativamente, los riesgos al alza para el perfil de inflación pueden empezar a limitar el optimismo entre los responsables políticos, que siguen previendo nuevos recortes «de la misma magnitud» en las próximas reuniones, tan pronto como en los primeros meses de 2024. Si bien creemos que la inflación general continuará desacelerándose en los próximos meses, el crecimiento de los salarios y la fortaleza del consumo privado evidenciada en la lectura del PIB del tercer trimestre, probablemente la mantendrán por encima del objetivo del banco a corto plazo.
Adicionalmente, un posible resurgimiento de las tensiones fiscales en 2024, similar al que experimentado durante la primera mitad de 2023, podría limitar el margen para rebajar el tipo Selic el próximo año.
Aunque el BCB mantuvo su compromiso de seguir bajando los tipos al mismo ritmo, los mercados se mostraron más reticentes
En definitiva, y pese a que creemos que el ritmo de recortes de 50 puntos básicos será la opción elegida por el Copom durante las primeras reuniones de 2024, creemos que los riesgos para una desaceleración del ritmo de suavización monetaria de cara a la segunda mitad del año se mantienen al alza, lo que haría que el tipo Selic se reduzca menos de lo que la mayoría anticipa en el transcurso de 2024.
En cualquier caso, el hecho de brindar una nueva dosis de gestión de expectativas en esta última reunión, despejando así las dudas sobre la magnitud de los próximos recortes no solo continúa apoyando la credibilidad y efectividad de la política del BCB, sino que ha supuesto durante buena parte del año un firme apoyo para el BRL, algo que esperamos que se mantenga en un horizonte táctico.
Autora:
María Marcos, Analista de mercados