Después de que la Junta de Gobierno de Banxico decidiera recortar su tipo de interés de referencia en 25 puntos básicos tras una pausa de 12 meses en marzo, ayer mantuvo los tipos firmes en el nivel actual del 11,00%, tal y como esperábamos.
Sin embargo, la decisión no fue necesariamente una sorpresa para los mercados, ya que fue coherente con las orientaciones del Banco de que puede revertir sustancialmente el grado de restricción monetaria y las expectativas generales en este sentido, dada la fortaleza de la inflación de los servicios.
Tal vez lo más sorprendente, especialmente en contraste con la decisión anterior, fue la vuelta a la unanimidad en la toma de decisiones tras los primeros signos de disensión sobre la flexibilización. Esto refuerza nuestra teoría de que, si bien había pruebas contradictorias sobre los recortes de tipos, lo que podría dar lugar a un periodo de relajación desigual, sigue habiendo unanimidad sobre el enfoque prudente y la senda de recortes no consecutivos que anticipábamos que podría tener lugar. Dicho esto, aunque existe acuerdo en el seno del Consejo de Gobierno sobre la necesidad de una postura prudente, en lo que respecta a nuevos recortes, sospechamos que volveremos a ver opiniones encontradas.
Sin embargo, en lo que parece haber unanimidad es en el balance de riesgos para la inflación, que sigue inclinándose al alza debido a la persistencia de la inflación subyacente, la posible depreciación del tipo de cambio y la mayor resistencia económica, así como a factores externos.
Si bien esto, junto con una importante mejora de sus previsiones de inflación, en las que ahora ven que la inflación general volverá a situarse en el objetivo a finales de 2025, frente a mediados de 2025 anteriormente, sugiere que Banxico probablemente mantendrá el tipo en su próxima reunión de junio, creemos que la mejora de sus previsiones de inflación proporciona una mayor capacidad para que los datos sean inferiores a los objetivos el 7 de junio, lo que llevaría a Banxico a recortar los tipos 25 puntos básicos más a finales de mes. Esta opinión se ve confirmada por el hecho de que Banxico mantuvo el lenguaje de marzo de que la Junta de Gobierno se mantendrá vigilante y «evaluará las perspectivas de inflación a fin de discutir ajustes a la tasa de referencia».
En particular, los últimos datos de inflación revelaron que, si bien el proceso desinflacionario había seguido avanzando durante el primer trimestre, el ritmo de avance se ha ido desacelerando en los últimos meses, mostrando finalmente una aceleración de la inflación general en abril.
Aunque la inflación subyacente, por su parte, tuvo un mejor comportamiento en abril, el reciente repunte de la inflación general y, sobre todo, la persistencia de la inflación subyacente de servicios, apuntan a un escenario menos favorable que, en nuestra opinión, justifica el enfoque «vigilante» y «cauto» que sigue dominando las comunicaciones de Banxico. Aunque la Junta de Gobierno reconoce el avance del proceso desinflacionario, señala que los riesgos se mantienen al alza, en un contexto en el que el mercado laboral se mantiene sólido y la economía continúa operando con brechas de producto positivas. No obstante, y aunque creíamos que la fuga hacia posiciones largas en MXN en la segunda quincena de abril podría marcar un tono más decisivo en la reunión del Banco, en Banxico seguimos viendo la fortaleza relativa del tipo de cambio como un factor que ayudará a mitigar algunas presiones sobre la inflación. En cualquier caso, dado que el peso ha sufrido recientemente los estragos del deterioro del sentimiento de riesgo, que no podemos descartar que se repita a corto plazo, creemos que los responsables políticos vigilarán de cerca la evolución del tipo de cambio, aunque actualmente no sea un factor decisivo para desviarse de su senda de política monetaria.
Dicho esto, si bien esto aboga a favor de que Banxico mantenga los tipos al final del trimestre, creemos que, por el contrario, apoya la estrategia de recortes de tipos en reuniones no consecutivas, dado que el tipo de interés real ex ante sigue siendo elevado, el avance de la desinflación sigue siendo positivo y también se observa una ralentización de la economía.
En general, creemos que esta postura de recortes de tipos no consecutivos por parte de Banxico seguirá apoyando la fortaleza del MXN, especialmente de cara a las próximas elecciones, en las que el futuro líder deberá centrarse en la preparación de presupuestos con la consolidación fiscal en mente. En términos comparativos, una trayectoria de deuda más sostenible y un camino más elevado y navegable para los tipos mexicanos deberían hacer que el MXN se mantuviera fuerte en los próximos meses, especialmente frente a sus socios regionales.
Autora:
María Marcos, Analista de Mercado